Organizational Change in Latin American Universities: Challenges and Opportunities in the Face of Quality and Accreditation Requirements
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Instituto Tecnológico Metropolitano - ITM
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The higher education system in Latin America has undergone profound transformations in recent decades, driven by the need to guarantee academic quality and the implementation of accreditation processes. These mechanisms have reconfigured the organizational structures of universities, promoting management models based on innovation, continuous improvement of teaching and strengthening research. Accreditation not only fulfills a regulatory function, but also acts as a factor of institutional change, generating impacts on university governance and on the relationship with internal and external stakeholders. The massification of higher education has led to the creation of national bodies responsible for establishing quality standards, although their implementation has faced challenges related to institutional diversity and budgetary restrictions. Globalization has accentuated these dynamics, increasing competition with foreign universities and giving relevance to international rankings, which influence accreditation policies. This process has strengthened accountability and results-oriented management, although it has given rise to debates on university autonomy. Despite these controversies, accreditation has contributed to administrative transparency and efficiency, favoring strategic planning and the evaluation of institutional performance.
El sistema de educación superior en Latinoamérica ha experimentado profundas transformaciones en las últimas décadas, impulsadas por la necesidad de garantizar la calidad académica y la implementación de procesos de acreditación. Estos mecanismos han reconfigurado las estructuras organizacionales de las universidades, promoviendo modelos de gestión basados en la innovación, la mejora continua de la enseñanza y el fortalecimiento de la investigación. La acreditación no solo cumple una función reguladora, sino que también actúa como un factor de cambio institucional, generando impactos en la gobernanza universitaria y en la relación con actores internos y externos. La masificación de la educación superior ha llevado a la creación de organismos nacionales encargados de establecer estándares de calidad, aunque su implementación ha enfrentado desafíos relacionados con la diversidad institucional y restricciones presupuestarias. La globalización ha acentuado estas dinámicas, aumentando la competencia con universidades extranjeras y otorgando relevancia a los rankings internacionales, que influyen en las políticas de acreditación. Este proceso ha fortalecido la rendición de cuentas y la gestión orientada a resultados, aunque ha suscitado debates sobre la autonomía universitaria. A pesar de estas controversias, la acreditación ha contribuido a la transparencia y eficiencia administrativa, favoreciendo la planificación estratégica y la evaluación del desempeño institucional.
El sistema de educación superior en Latinoamérica ha experimentado profundas transformaciones en las últimas décadas, impulsadas por la necesidad de garantizar la calidad académica y la implementación de procesos de acreditación. Estos mecanismos han reconfigurado las estructuras organizacionales de las universidades, promoviendo modelos de gestión basados en la innovación, la mejora continua de la enseñanza y el fortalecimiento de la investigación. La acreditación no solo cumple una función reguladora, sino que también actúa como un factor de cambio institucional, generando impactos en la gobernanza universitaria y en la relación con actores internos y externos. La masificación de la educación superior ha llevado a la creación de organismos nacionales encargados de establecer estándares de calidad, aunque su implementación ha enfrentado desafíos relacionados con la diversidad institucional y restricciones presupuestarias. La globalización ha acentuado estas dinámicas, aumentando la competencia con universidades extranjeras y otorgando relevancia a los rankings internacionales, que influyen en las políticas de acreditación. Este proceso ha fortalecido la rendición de cuentas y la gestión orientada a resultados, aunque ha suscitado debates sobre la autonomía universitaria. A pesar de estas controversias, la acreditación ha contribuido a la transparencia y eficiencia administrativa, favoreciendo la planificación estratégica y la evaluación del desempeño institucional.