En el año 2000, el Gobierno de Estados Unidos adoptó como definición estandarizada de conducta inapropiada (missconduct) en las investigaciones científicas, la de “fabricación, falsificación o plagio en la propuesta, desarrollo o revisión de investigaciones o en el reporte de los resultados de investigación”, y excluyó de estas los “errores honestos o diferencias de opinión” [1]. Esta definición debía ser aplicada, para resolver controversias, por todas las agencias que manejaran recursos de investigación.