Un mundo paralelo ficticio y enmascarado por elección, surgido mientras muestro mundo escondía el rostro por temor; así comenzó Rostros Vacíos. La idea inicial que se convertiría en este cortometraje comenzó como una asimilación de la pandemia de Covid-19, especialmente durante los primeros meses de esta. Por lo general cuando pensamos en totalitarismos y universos distópicos, a la cabeza se nos vienen ideas como toques de queda, normas extremas, encierro, ciudades desoladas; son cosas que generalmente se quedan en el pasado como periodos oscuros de la historia, o en los libros y películas de ficción. Uno no se espera vivir algo similar de la noche a la mañana, sin embargo, en marzo de 2020 nos convertimos en protagonistas de nuestro propio cuento de ciencia ficción y de repente las calles tuvieron que quedar vacías, los barrios llenos de personas encerradas en cuarentena y, sobre todo, el mundo y Medellín misma se fueron convirtiendo en un mundo de máscaras. Este ensayo y todo el trabajo consiguiente recopilan el por qué y la manera cómo nuestras preguntas acerca de una realidad de máscaras, se convirtieron en un mundo nuevo, historia y personajes de animación 2D con los que se soñó por casi dos años, para ser finalmente nuestro cortometraje final como trabajo de grado.