Aunque parezca increíble, el origen de la aguja es milenario, pues ya en la prehistoria se hacían de madera, roca o hueso y más tarde de hierro, de metal y en los últimos tiempos de acero; en cuanto al hilo utilizado, se empleaban fibras vegetales y tendones de animales. Durante la Edad Media, la costura comenzó a constituirse como un oficio que, inicialmente, solo practicaban los hombres.